MARATON ATENAS: CRONICA

Por fin cumplimos el recorrido que marca la leyenda de Filipides, soldado ateniense que en el año 490 ADC, corrió desde la llanura de maratón hasta Atenas para anunciar la victoria en la llamada batalla de maratón, una vez allí exhausto, falleció.
Como dice Luis, que pensaría Filipides si nos viera “la que he armado” con la dichosa carrerita.

Todo empezo sobre las 5:00 de la mañana, suena el despertador, desayuno y en metro hacia el estadio, que cantidad de gente a esas horas, entre los “colgaetes” y los corredores, estaba el metro “petao”.
Una vez en el estadio sobre la 6:30, nos recogieron los autobuses para llevarnos a la salida, a un estadio en la famosa llanura, ahí ya pudimos observar lo que nos esperaba.
No os comento lo de cómo hacia la gente allí sus necesidades porque flipariais.
Salida 9:00 h. en los primeros Kms. comentamos de ir juntos y tranquilitos, pero esto duro 4 o 5 Kms. poco a poco Julio, Dani y José, se iban marchando, hasta que Luis tubo que parar a cambiarse la camisa, y a partir de ahí nos quedamos solos Luis y yo.


La carrera al principio fue muy cómoda, ya que el ritmo era siempre entre 6-6’15 m., lo que supuso ir hablando tranquilamente, observando algún que otro corredor peculiar.
A partir del Kms. 10 empieza la carretera a ponerse cuesta arriba, cosa que no dejo de hacer hasta el 31.
En el km. 10 estuvimos acompañados unos cuantos kms. por Jesús, un asturiano, que quería completar su primera maratón, pero tubo que parar a soltar “aguita” y se quedo un poco descolgado.
Pasando la media maratón, todo seguía igual íbamos muy cómodos, incluso pensaba que hasta demasiado, pero gracias a la calculadora maratoniana que llevaba al lado, que de vez en cuado recordaba lo larga que se puede hacer la carrera si no dosificas, te hacia controlar.

Hasta el 31 todo de subidita, a partir de ahí pensaba que empezaba otra carrera, todo hacia abajo, pero las piernas ya estaban cansadas, y al estirar la zancada empezaban los problemas musculares por mi parte, ya que Luis iba como una rosa.
Ya tocaba sufrir, en el 35, cogimos a Julio que se había descolgado, de ahí hasta meta ya son todo intentar hablar para que vayan pasando los kms. que son los mas largos.

Durante la carrera comentábamos que la maratón eran 40 Kms., que los dos últimos eran para darnos un homenaje, pero dicho homenaje lo tuvimos que posponer para los últimos 200 mts.

Como siempre los últimos metros de una maratón, son indescriptibles, hay que vivirlos y mas aun si termina en un marco tan incomparable como el de Atenas.
Al final objetivo cumplido, jodidos pero contentos, e inolvidables cuatro días que hemos vivido.


EN BREVE PONDREMOS LAS FOTOS DE
LA CARRERA Y DEL VIAJE